Cuando una herencia se complica… desde el otro lado de la frontera

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Cuando una herencia se complica... desde el otro lado de la frontera

No todas las herencias son sencillas, aunque lo parezcan

¿Pensabas que las herencias solo se complican cuando hay mucho dinero o peleas familiares? Pues no. A veces basta un pequeño detalle —uno que en el momento parece insignificante— para que todo se vuelva un auténtico quebradero de cabeza legal. Y si ese detalle implica a herederos que viven en el extranjero, el problema puede multiplicarse por diez.

Esto es exactamente lo que ocurrió en un caso que llevamos desde Pagoa Consultoras: una herencia española que, sobre el papel, no tenía mayor complicación. Había testamento, los bienes estaban identificados y la mayoría de los herederos, localizados. Pero había un problema: uno de ellos, de nacionalidad francesa, falleció antes de poder aceptar su parte. Y ahí empezó todo.

El heredero premuerto: cuando una pieza del puzzle desaparece

En el mundo de las herencias, cuando un heredero muere antes de aceptar lo que le corresponde, hablamos de un «heredero premuerto». Sus derechos no se evaporan, sino que pasan a sus propios herederos… siempre que estos los acepten.

El problema es que esa segunda herencia —la del heredero que falleció— debe tramitarse antes de poder seguir con la principal. Es como una matrioshka legal: una herencia dentro de otra.

En este caso, el heredero francés dejó dos hijos. Pero aquí viene lo complicado:

  • Uno de ellos está tutelado legalmente por el Estado francés debido a una situación de incapacidad.
  • El otro tiene antecedentes penales y está en paradero desconocido. Nadie sabe dónde está.

Resultado: las dos herencias —la del padre francés y la española original— están bloqueadas. Sin poder avanzar.

Para desbloquear esta situación, es imprescindible un documento llamado acta de notoriedad, que acredita oficialmente quiénes son los herederos del heredero premuerto. Sin ese papel, no se puede determinar quién ocupa legalmente su lugar en la herencia española.

Pero cuando entran en juego personas incapacitadas, desaparecidas o menores de edad, este trámite se convierte en un laberinto burocrático. Más aún si hablamos de coordinarse con autoridades judiciales de otro país.

El notario necesita pruebas claras, autorizaciones oficiales, certificaciones internacionales… Todo eso ralentiza el proceso. Y mientras tanto, la herencia sigue ahí, pero nadie puede tocar

Una herencia congelada... pero la vida continúa

Lo más frustrante de este caso es que uno de los bienes de la herencia es un piso alquilado. Hay inquilinos viviendo en él, pagando su renta mensual. Pero como la cadena sucesoria no está acreditada, ningún heredero puede ejercer sus derechos: ni gestionar el contrato, ni hacer reformas, ni siquiera cobrar el alquiler con total seguridad legal.

Es una paradoja: el bien está ahí, generando obligaciones y derechos, pero los titulares legítimos siguen sin poder actuar. Mientras tanto, el inmueble puede deteriorarse, surgen gastos, y los herederos que sí están identificados se sienten atados de manos.

Herencias internacionales: cada vez más comunes, cada vez más complejas

Este no es un caso aislado. Cada vez es más habitual que las familias estén repartidas entre varios países: trabajamos en el extranjero, formamos parejas con personas de otras nacionalidades, compramos propiedades fuera de nuestro país de origen…

Las herencias y sucesiones internacionales son ya una realidad cotidiana. Pero las leyes no siempre avanzan al mismo ritmo que la vida real. Cada país tiene sus propios procedimientos, sus plazos, sus criterios sobre aceptación, representación legal o capacidad para heredar.

En este caso concreto, el proceso quedó atascado esperando respuesta de las autoridades francesas, que deben autorizar o al menos confirmar quién puede representar al hijo tutelado. Y mientras no se localice al segundo heredero —o este no renuncie formalmente a la herencia—, no se puede cerrar nada.

¿Qué puedes hacer si te encuentras en una situación similar?

1. Busca asesoramiento especializado desde el primer momento

Intentar resolver una herencia internacional sin ayuda profesional solo alarga el problema. En Pagoa Consultoras trabajamos habitualmente con despachos colaboradores en Francia, traductores jurados e intérpretes jurídicos. Sabemos que la clave está en anticiparse a los obstáculos antes de que se conviertan en muros infranqueables.

2. Entiende que los procesos internacionales llevan tiempo

Las herencias transfronterizas no se resuelven en dos semanas. Hay que coordinar organismos de diferentes países, traducir documentos oficiales, esperar autorizaciones judiciales… La paciencia es fundamental, pero también lo es tener un equipo que sepa mover los hilos adecuados.

3. Documenta todo desde el principio

Cada paso cuenta. Cada certificado, cada acta, cada comunicación oficial puede ser decisiva más adelante. No dejes nada al azar.

4. No esperes a que surja el problema

Si tienes bienes en el extranjero, o si tus herederos viven fuera de España, planifica tu sucesión con tiempo. Un buen testamento, bien redactado y con visión internacional, puede evitar que tu familia pase por situaciones como esta.

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Este caso real, que todavía sigue en curso, demuestra algo muy claro: por muy sencilla que parezca una herencia, si no se gestiona bien desde el principio, puede convertirse en un problema que dure años.

Tener un testamento claro no es suficiente si no se tramita a tiempo. Contar con buenos abogados locales no basta si no tienen experiencia internacional. Y esperar a que «las cosas se solucionen solas» es, probablemente, la peor estrategia posible.

En Pagoa Consultoras, somos expertos en consultoría transfronteriza en Francia y España. Llevamos más de 15 años ayudando a familias y empresas a navegar por las complejidades del asesoramiento jurídico y fiscal en Irún, especialmente en herencias en Francia y herencias y sucesiones con componente internacional.

Si tienes bienes en ambos lados de la frontera, si tus herederos viven en el extranjero, o si simplemente quieres asegurarte de que tu familia no pase por situaciones como la que acabas de leer, contacta con nosotras. Porque si bien la ley establece el marco, es la experiencia quien traza el camino.

 

 

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