La compra de una vivienda es uno de los momentos más importante de la vida de las personas. Significa que ya se asientas en un sitio, que vas a empezar a vivir en pareja (o no) y que pretender formar una familia y una vida estable. El problema está en las importantes decisiones que hay que tomar para firmar la compra de una vivienda.
Lo principal es conocer la zona donde se quiere vivir. Es muy importante elegir bien, pero este tema es muy personal. A la hora de elegir país o ciudad es importante que se asemeje a tu personalidad y que te sientas a gusto por la calle. Por ejemplo, no es lo mismo vivir en Donostia que en Madrid. Todo estos factores son muy importantes, porque si no estás a gusto en la ciudad donde vives, la casa pasará a un segundo plano completamente.
Una vez elegida la ciudad y la zona, es imprescindible que estudies el mercado inmobiliario del lugar. Con esto te harás una idea de lo que se oferta, y podrás filtrar las viviendas que se pasan de presupuesto o las que no te convencen para nada. Después, selecciona dos o tres posibles viviendas para centrarte y que la decisión final no sea tan complicada.
Ahora bien, en este proceso inicial, ¿sabes realmente el coste que te supondrá la compra de la vivienda? Es momento de echar números “en serio” para ver si se puede finalmente cumplir con la compra.
El cálculo no es complicado, porque son muy pocas variables las que hay que añadir para conocer el precio de tu hipoteca ideal: al precio de adquisición, le tendrás que añadir los gastos típicos de realizar la compra y, en todo caso, la hipoteca de la vivienda. Estos gastos pueden ser el notario, el registro, los impuestos, la gestoría o la tasación, entre otros. No te eches las manos a la cabeza, porque en función de la Comunidad Autónoma donde se adquiera la vivienda, estos precios pueden variar entre el 10% y el 15% aproximadamente.
Teniendo en cuenta todos estos datos, podrás sacar una aproximación de lo que te va a costar la compra de la vivienda. Cabe destacar que las mejores opciones de hipotecas se obtienen cuando no superan el 80% de valor de tasación o valor de compra. Es decir, la cuota a pagar no debería ser superior al 35% de los ingresos netos de los titulares de la financiación.
Si sigues estos pasos, obtendrás una compra exitosa. Contacta con nosotros, porque podemos ayudarte a hacer el cálculo y aconsejarte sobre los tipos de hipotecas que te vendrían bien. Somos especialistas en el sector inmobiliario, por lo que contamos con un equipo altamente cualificado para servirte y responder a tus dudas.